justifican ese comportamiento?
En los gatos denominados geriátricos, las causas más frecuentes de visita a las clínicas veterinarias relacionadas con alteraciones del comportamiento son la eliminación inadecuada de excrementos (orina y/o heces), la agresión, la destrucción, la actividad excesiva, la vocalización, los miedos y las alteraciones en las conductas de ingestión.
Todos o la mayoría de estos cambios pueden ser debidos, entre otras causas, a una disfunción cognoscitiva, es decir, a un deterioro de la función mental del animal, un deterioro que provoca dificultad para reconocer lugares, sitios o personas conocidas. “Dificultades”, en general, que ponen en tensión la relación del gato con el propietario.
Sin embargo, no sólo los deterioros “mentales” conducen al gato a comportarse como un cascarrabias. Los problemas físicos y neurológicos son, en muchos casos, la causa que predispone a una actitud agresiva del animal.
En todos los gatos senior que presenten una conducta agresiva sería fundamental descartar la presencia de un dolor subyacente: los problemas músculo-esqueléticos o las patologías dentales, por ejemplo, pueden ser los detonantes de una agresión.
También la pérdida de capacidad sensorial (visual, auditiva, etc.) de los gatos geriátricos puede desencadenar agresiones: un gato joven que tenga miedo a las personas es capaz de evitarlas cuando aprecia su cercanía. Sin embargo un gato mayor que tenga una deficiencia sensorial y no llegue a apreciar la presencia de la persona puede reaccionar bruscamente (huída o ataque) cuando sea consciente de esta presencia.
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