miércoles, 27 de febrero de 2013

Trastornos del comportamiento

Tener un gato en casa supone una experiencia maravillosa. Sin embargo a veces ciertos cambios en su conducta pueden convertir la convivencia en un suplicio. Veamos cuales son los principales trastornos comportamentales que sufren los gatos domésticos.




TRASTORNOS DE ELIMINACIÓN

Los trastornos de la eliminación no es algo a lo que se le deba restar importancia. Su origen puede ser comportamental o clínico. Primero hay que tratar de investigar si pudiese haber algún tipo de afección clínica causante de este trastorno. A continuación, es necesario diferenciar la “proyección de orina” (spaying en inglés) de la «eliminación de orina». Un gato que proyecta su orina lo hace casi siempre sobre un soporte vertical, con la cola en posición vertical. Un gato que orina lo hace, generalmente, sobre superficies horizontales, en posición de cuclillas.




AVERSIONES

Pueden desarrollarse aversiones a causa del lugar de la eliminación, de sus características propias (naturaleza, limpieza, olor de la arena, tamaño, color de la caja de excrementos) o de su emplazamiento. En caso de falta de limpieza, es importante comprobar si recientemente se ha cambiado de marca de arena, si su limpieza es regular (algunos gatos se niegan a orinar en una arena en la que quede la más mínima deyección). Un cambio del olor de la arena también puede desorientar a los gatos. La concepción y el tamaño de la caja de excrementos también deben tenerse en cuenta. El gato puede no tolerar bien el hecho de pasar de cajones totalmente abiertos a cajas cerradas, accesibles únicamente por una puerta, y viceversa. Asimismo son posibles aversiones por el emplazamiento de la zona de eliminación. En ese caso, el gato asocia ésta con un acontecimiento estresante que, en ocasiones, puede ser difícil de identificar (una agresión por un congénere dentro de la caja, un ruido inesperado durante la micción...).



PREFERENCIAS

Las preferencias por un tipo de arena o por una localización determinada de la caja se desarrollan, casi siempre, después de aversiones pasadas. Es necesario identificar dichas preferencias para adaptar el entorno caso por caso. Un ejemplo habitual es el desarrollo de una preferencia por la eliminación en el exterior. En efecto, los gatos que pueden salir desarrollan a veces una preferencia por el jardín.
Si se produce un cambio de residencia y el gato ya no tiene acceso al exterior, entonces tendrá tendencia a orinar  al lado de las plantas de la casa.



PROYECCIONES EXACERBADAS DE ORINA
Las proyecciones de orina pueden llegar a ser difíciles de manejar. Prácticamente un caso de cada dos está relacionado con la agresión de un gato exterior o con la introducción reciente de un nuevo individuo. También puede ocurrir que la causa sea mucho más desconcertante, como la adquisición de un nuevo objeto dentro de la casa (televisión, frigorífico...), cambios del ritmo de vida del propietario (paso de periodos de asueto a periodos de actividad, de horarios rígidos a vacacionales...). Una vez más, son los antecedentes los que ayudarán al veterinario a identificar la causa.
Las terapias para evitar este problema son múltiples, y entre ellas podemos mencionar: supresión del acceso al lugar, modificaciones de la naturaleza del soporte (colocación de papel de aluminio sobre la zona utilizada para la descarga), modificación de la función del área, dejando libre acceso al alimento, castigo a distancia sincrónico y adaptado (con ayuda de una pistola de agua, por ejemplo), aplicación del olor del gato frotando la cara con un trozo de algodón y aplicándolo sobre el soporte, utilización de feromonas, etc.



ZARPAZOS

El comportamiento de dar zarpazos es fisiológico. Pese a todo, es concebible que resulte indeseable dentro de casa. Las causas de este comportamiento hay que relacionarlas en ocasiones con las que originan las proyecciones de orina, y este comportamiento se suele acentuar en condiciones de ansiedad. La gestión pasa, sobre todo, por poner en práctica terapias de comportamiento en cuanto se detecta el problema. Estas terapias son múltiples y pueden adaptarse en función de la situación: supresión del acceso al lugar, castigo a distancia sincrónico y adaptado (con ayuda de una pistola de agua, por ejemplo), utilización de feromonas, etc.


ESTRÉS

El estrés puede definirse como un proceso de desequilibrio del organismo inducido por factores medioambientales. En casa hay que destacar que la intensidad del estrés y de sus manifestaciones clínicas depende de multitud de factores relacionados con el animal (predisposición en los gatos de tipo oriental, por ejemplo) y, sobre todo, relacionados con el entorno (condiciones del alojamiento, cohabitación con los congéneres, conducta inadaptada, etc.
El estrés puede expresarse a través de toda una serie de manifestaciones orgánicas (trastornos cardiovasculares, afecciones cutáneas por alteraciones en el crecimiento del pelo, trastornos enterocólicos crónicos, efecto inmunodepresor que predispone frente a afecciones diversas...). Los comportamientos elementales también pueden verse afectados (hambre, sed, ritmo biológico, termorregulación, comportamiento sexual), por lo que el estrés puede estar en el origen de multitud de trastornos comportamentales.
La gestión de los factores que desencadenan el estrés pasa, en primer lugar, por una adaptación a la casa. Es necesario habilitar una zona de intimidad donde el individuo pueda “ver sin ser visto”. Algunos estudios parecen indicar el interés de enriquecer el medio de vida de los animales (juguetes, música ambiental, etc.).




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lunes, 25 de febrero de 2013

Estrés de los gatos

Múltiples circunstancias pueden provocar que un gato se estrese y, por tanto, que presente determinados comportamientos anormales como consecuencia de las reacciones que el estrés causa en su cuerpo.
En nuestra sociedad actual, hablar del estrés entre los humanos parece algo normal, cotidiano, “natural”, y la triste realidad es que el estrés es un problema, una evidencia de que algo en nuestro entorno, en nuestro interior, “no funciona” correctamente.




Nuestros felinos nunca se sentirán estresados por llegar tarde al trabajo, por no llegar a fin de mes, por la cercanía de los exámenes… tienen “esa suerte”. Sin embargo tienen otra larga e inmensa lista de situaciones que pueden llegar a conducirles a problemas de estrés y sus claras y evidentes consecuencias.

Un gato que vive en un entorno estable, donde todo “está en su sitio”, sin novedades notables, estará tranquilo, feliz, sin problemas de comportamiento o síntomas de estrés.

Pero si comenzamos a variar entornos, rutinas, entradas y salidas de personas y animales, etc., estamos jugando todas las papeletas del sorteo: nuestro gato tendrá estrés.



Son cientos las consultas de animales que, aún esterilizados, siguen manifestando comportamientos higiénicos inadecuados (orina y/o heces fuera de la bandeja de lecho absorbente). Lo que se desconoce en muchas ocasiones es que, además de las posibles causas patológicas que provoca que el animal relacione la bandeja con dolor y elimine fuera de ella, hay una gran mayoría de casos en los que las causas hay que buscarlas en cambios en el entorno que hayan podido provocar estrés en el gato: la llegada de un bebé, nuevas personas en el hogar, cambios de mobiliario o de domicilio, etc., muchas razones que consiguen que el entorno de seguridad del animal se vea alterado.

Y un gato estresado no sólo se puede detectar por un cambio en sus hábitos higiénicos. Hay otros síntomas que delatan el problema: anorexia, salivación, vómitos, diarrea, temblores, pupilas dilatadas y falta de relación con el entorno (se esconden, se retraen, se aplastan contra el suelo, etc.)

La solución pasa, en primer lugar, por la prevención, intentando evitar estas situaciones estresantes, y después de producidas, por devolver a la normalidad al animal cuanto antes nos sea posible.

Aparte de rehabilitar su mundo de tranquilidad, existen medios que nos ayudan a que el felino “acelere” el proceso de reintegración a la normalidad, olvidando esos malos momentos que el estrés genera.



Uno de los métodos más usados y efectivos es el uso de feromonas; estos productos consiguen generar un entorno de tranquilidad, algo tan necesario para el gato en esta incómoda situación.

Otro excelente medio para retornar al felino a su vida de paz y tranquilidad es el uso de alimentos, si, alimentos, destinados a tal fin. CALM es el nombre de un novedoso alimento de prescripción veterinaria que ayuda a afrontar el estrés y sus indeseables efectos. Sus principios activos naturales (?-casozepina y L-triptófano) carecen de efectos secundarios y tienen propiedades reguladoras del estrés. Para que sea efectivo, CALM debería administrarse diez días antes de cualquier situación de estrés, por lo que debe ser considerado un “arma” en la acción preventiva (un viaje, una reforma de la casa, unas fiestas ruidosas en el barrio o en la ciudad, etc.) y administrarse durante un período de dos o tres meses, con lo que también puede considerarse como un elemento en la acción terapéutica.

Ante lo visto, debemos tener una cosa MUY PRESENTE: cuando el gato elimina su orina y heces fuera de la bandeja, lo que si podemos asegurar es que no lo hace por fastidiarnos, como un acto de humana venganza para hacernos pagar horas de soledad, o cosas similares. El estrés por cambios puede estar detrás y, por supuesto, si le castigamos, aumentaremos su grado de estrés y empeoraremos el problema.



Y si notamos otras alteraciones de conducta y detectamos esos síntomas ya descritos en su cuerpo, debemos plantearnos qué ha cambiado en el entorno que pueda haberlos provocado y acudir al veterinario para que nos ayude a paliar este problema.

Existen soluciones, prevención y tratamiento, y ambos son muy efectivos, tengámoslo en cuenta.

sábado, 23 de febrero de 2013

Con estilo felino. Etsy shop

  Para los amigos que nos siguen os comparto una tienda en la que hay que destacar que sus productos son fabricados a mano y que los hacen desde luego con mucho cariño, en ella he encontrado cositas muy bonitas con referencia a nuestros queridos gatitos que se que os gustarán mucho.
 



     
 
 

miércoles, 20 de febrero de 2013

Juegos para todas las edades

Aunque pensemos que el juego es algo propio de gatitos, en realidad es una práctica que puede acompañar a nuestro gato durante toda su vida.

Los gatitos al jugar, y sin saberlo, están aprendiendo las técnicas de caza que pudieran llegar a necesitar en su etapa adulta. También desconocen que esa divertida actividad les está permitiendo adquirir un completo desarrollo de todas sus estructuras, entre las más importantes, el sistema nervioso.



Un gatito que interacciona, que juega con sus hermanos de camada y posteriormente con su familia humana, tiene pocas posibilidades de presentar muchos problemas de comportamiento.
¿Y por que los gatos adultos siguen jugando?


El humano, con la socialización de los animales a sus entornos, intenta que sus amigos irracionales se comporten “de por vida” como cachorros, y quieren que el animal les necesite, que demande, acepte y busque sus manifestaciones de cariño. Y muchas veces lo logra: Es por ello que un gato adulto sigue manifestando comportamientos infantiles, como por ejemplo el juego; y no es que el gato en su ritual de juego esté persiguiendo, acechando o cazando una presa, ya que no la necesita porque tiene su plato de alimento siempre lleno. La manifestación del juego es simplemente una forma de pasarlo bien, de sentirse a gusto en su territorio y, en cierta medida, de mantenerse en forma.



Un gato que sale al exterior, que pasa gran parte de su tiempo de puertas afuera, dedicará menos tiempo al juego, ya que en sus salidas desarrolla conductas cazadoras o de marcaje de territorio, compitiendo con otros animales por posibles presas o parejas.


El juego es una conducta típica de los mamíferos, sobre todo de los carnívoros; en el caso de los gatos, juegan cuando están tranquilos, cuando ninguna otra necesidad (alimenticia, territorial, reproductiva...) les preocupa ni requiere de su plena atención; por esta razón todos los especialistas asocian el juego del animal a su bienestar.



Como bien saben los propietarios de gatos, el juego preferido de estos animales es perseguir objetos en movimiento; si estos no existen o no se les ofrecen, ellos se los buscan... ¡¡o se los inventan!!
Cuando un gato no dispone de estímulos de juego, si no tiene que perseguir, acechar y cazar, pueden aparecer problemas.


Son demasiados los propietarios de gatos que llegan a las consultas veterinarias quejándose de los arañazos y mordiscos que su “Félix” les propina de forma sorpresiva cuando caminan por el pasillo de su casa... algo que podría haberse evitado utilizando juguetes adecuados, interactivos, y no empleando nuestro cuerpo (manos principalmente) como parte primordial del juego desde que eran pequeños (el gato debe entender que la mano no es un juguete, ya que si le habituamos a jugar con nuestras manos, cuando sea adulto lo seguirá haciendo, con el consiguiente daño que ello suponga y la dificultad de quitarle ese hábito que nosotros mismos le hemos inculcado).


Aunque nuestros felinos, jóvenes o adultos, tengan capacidad suficiente para jugar sin nuestra participación, son múltiples las ocasiones en las que la intervención del propietario facilita el desencadenamiento del interés por el juego del animal.



Y aunque pueda parecer sorprendente, por la edad, nuestros felinos mayores también disfrutan del juego, eso sí, uno adecuado a sus “limitaciones”; en estos animales podemos, debemos, utilizar juegos interactivos que estimulan, no solo su actividad física (los mismos que para cachorros y adultos), sino aquellos que estimulan su cerebro: en las tiendas especializadas encontramos juegos que proponen situaciones para que el animal encuentre premios, que los deba mover para conseguirlos.


Lo importante es buscar juguetes adecuados, que no les supongan peligros para su salud y que les sirvan cuando están solos, y para divertirse con nosotros (juguetes interactivos, tipo cañas, plumeros o incluso punteros láser). En clínicas veterinarias y tiendas especializadas podemos conseguir una amplia variedad de juguetes adaptados para ellos.


En definitiva, debemos tener claro que los gatos, de cualquier edad y condición, se ven favorecidos por el juego, sólo debemos incitarles a que lo hagan y nunca, nunca, emplear nuestras manos para jugar con ellos.

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martes, 19 de febrero de 2013

Gatos de distinta edad



En muchas ocasiones, los humanos que conviven con gatos se plantean la incorporación de un pequeño amigo en una casa en la que habitan uno o más animales de “cierta edad”. Es el momento de valorar si se presentarán conflictos entre las distintas “generaciones”.

Si bien es cierto que un felino adulto, incluso senior, tiene sus costumbres, sus rutinas perfectamente definidas, y que la entrada de un “torbellino”, lleno de energías y todo tipo de “ideas descabelladas”, puede llegar a provocar ciertos momentos de tensión, estrés e, incluso, malestar, también es cierto que, en la gran mayoría de los casos, esta incorporación suele acabar aportando todo tipo de beneficios al ya “sedentario” felino.




Un gato “pequeño”, joven, tendrá todo su bagaje innato en plena efervescencia, lo que se traduce en un incesante despliegue de “movimientos”: querrá jugar con el adulto, le provocará, le seguirá, perseguirá... lo que, sin lugar a dudas, puede provocar en el adulto variadas reacciones, dependiendo de su “gatonalidad”: huida, bufidos, manotazos... y en contadas, muy contadas ocasiones, agresiones.
La incorporación del nuevo amigo debe realizarse con una IMPRESCINDIBLE planificación, pero desgraciadamente, nuestro humano impulso, nos conduce a “enamorarnos” de un tierno cachorro y meterlo en casa sin plantearnos ninguna de las variables a tener en cuenta.

Lo primero es asegurarnos, con ayuda del profesional, de que la sanidad del nuevo inquilino es perfecta y, una vez constatado este punto, deberíamos “acondicionar” la casa, con un difusor de feromonas (instalado unos diez días antes de la llegada), para que pueda surtir efecto tranquilizador en el animal residente, y un área específica para el nuevo gato, separada del “propietario” habitual. En esta zona el pequeño amigo ha de tener todo lo necesario para su vida: bandeja de lecho absorbente, comedero, bebedero, rascador...


Con esta delimitación de zonas conseguimos que el residente “sepa” que alguien más ocupa su casa, puede identificarle sin interaccionar, y permitimos un “acostumbramiento”.
En unos días, podremos permitir la presentación del nuevo amigo...

Algo muy importante es que durante esos días de “aislamiento preventivo”, frotemos a cada animal con un paño limpio por su hocico y entre los dedos de las patas, sobre todo. Así impregnaremos en dicho paño sus olores específicos, su “impronta de olor”, su “DNI”.

Esos paños impregnados de datos, serán frotados en el otro animal, con lo que conseguimos el imprescindible y favorecedor intercambio de olores. Un procedimiento barato y sencillo que ayuda a que ambos animales se reconozcan y acepten de forma mucho más sencilla.


A pesar de las feromonas, del confinamiento, de los paños con olores específicos, y dependiendo de la idiosincrasia individual, podemos encontrarnos con todas las variables posibles de reacciones en un primer encuentro. Como norma general diremos que sólo entraremos en acción si se produjera algo más que bufidos, carreras o algún manotazo, en cuyo caso es útil utilizar un espray de agua, que será la única y mejor forma de intervenir en caso de “conflicto bélico”, sin voces, sin meter nuestras manos por medio... sólo con el espray. En estos casos, debemos mantener el confinamiento unos días más.

A partir de este momento podemos ver como la relación mejora, con algún “brote” de llamadas de atención, para dejar claros los territorios y costumbres, pero siempre hacia una relación asentada y positiva.

En la práctica totalidad de los casos, los propietarios de animales adultos y seniors que incorporan un animal joven a casa, concluyen que la entrada del nuevo amigo provoca una “pérdida de años” en el animal más mayor: juega más, interacciona de una forma casi olvidada y está más activo y receptivo.
En definitiva, los conflictos generacionales pueden existir al incorporar un nuevo amigo al hogar, pero, con las pautas adecuadas, y con un toque de paciencia, los animales llegarán a la convivencia deseada.

 
 
 
 
 
 
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sábado, 16 de febrero de 2013

Rascadores para gatos

Los gatos tienen la necesidad vital de afilar sus uñas. Para ello, la mejor solución son los rascadores para gatos. En ellos su gato podrá seguir sus instintos naturales sin que tus muebles sufran las consecuencias. Además, son una zona ideal de juego y descanso

Muchos de estos modelos los pudreis encontrar en tiendas especializadas como ZOOPLUS, que tiene su tienda en zooplus.es.

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Gracias al tensor del techo, el rascador Atlas es particularmente resistente. Debido a la forma triangular de la cueva, esta se adapta muy bien a las esquinas. A los gatos les encantan las cuevas y por ello tu gato se sentira también cómodo y protegido en ella.

En las hamacas, de grandes dimensiones y de forma redonda, tu gato puede vigilar su territorio comodamente desde una altura segura:  ¡a los gatos les encanta observar desde las alturas! El rascador Atlas también ofrece suficiente espacio, gracias a sus numerosos niveles y camas, a las familas numerosas de gatos. Ideal para jugar, rascar, descansar y dormir.



Las plataformas laterales ofrecen mas lugares para reposo y desde los cuales podran saltar a niveles superiores. Hay dos cunas para que puedan disfrutar varios gatos de un lugar tranquilo. Igualmente, en el mirador, hay una comoda cama de borde suave para que su gato pueda observar el panorama. Esta cama puede dar cobijo a dos gatos que podran soñar sobre sus próximas aventuras.





Compuesto por 1 tunel, 1 cueva y 1 plataforma con respaldo. Muy adecuado para gatos curiosos




Cada columna tiene un "techo de palmera" de fieltro en color verde. En cada una de estas columnas cuelgan pelotitas de felpa.

Cada una de las 4 columnas que sostiene la plataforma superior, esta forrada parcialmente con sisal y felpa en color marrón oscuro.











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Marcaje con uñas



El marcaje felino mediante sus uñas es un comportamiento absolutamente natural, pero es una de las características de los gatos que generan problemas de convivencia con el humano si no se adoptan las medidas oportunas.



El marcaje felino que efectúan con las garras, el que nos acaba resultando molesto y, en algunos casos, nos acaba desesperando, es el que generalmente se produce sobre superficies verticales. Se trata de un marcaje visual para el/los felinos y, sobre todo, una señal olfativa producida por la secreción de ciertas glándulas que existen entre los dedos. Si este marcaje lo realizan sobre troncos de árboles en su vida en libertad, no será un problema para los humanos, que apenas se darán cuenta, pero cuando lo realizan en el interior de los hogares, puede convertirse en una auténtica pesadilla, aunque, como comentamos, tan natural es el que realizan en el tronco del árbol como el que realizan en el sofá.

Para evitar conflictos de convivencia debemos buscar la manera en la que el gato pueda “expresar su naturaleza felina” y que nuestro entorno no se vea afectado. Os damos ideas:


- Acostumbrar al animal desde su más tierna infancia, o desde su llegada al hogar al uso de rascadores: si jugamos con el animal y el rascador, si el animal impregna los olores de sus glándulas interdigitales en estos útiles enseres, el “afilado” de sus uñas y el marcaje con las manos no se realizará en muebles de alto valor económico o sentimental.


También facilita su uso los rascadores con catnip (Nepeta cataria) o si son impregnados con feromonas.
- Acostumbrar al gato al corte habitual de sus uñas, si nos dejamos asesorar previamente por los profesionales, el gato no tendrá miedo, pánico al cortaúñas y a la acción que provoca; si cortamos cuando nos apetece y por donde nos apetece, no conseguiremos establecer una rutina y podremos hacer mucho daño al animal.





Existe una opción que soluciona de forma definitiva todos los problemas que las uñas del gato provocan a su propietario: la extirpación quirúrgica de sus uñas o deungulación, una operación que cuenta con profesionales a favor y en contra.
Nosotros nos mostramos radicalmente en contra de esta práctica pues lo consideramos una amputación cruenta y que va contra-natura, y que va asociada a cambios comportamentales en el animal.



La operación tiene un postoperatorio largo y doloroso, que además obliga al animal a coger un nuevo tacto en el apoyo de sus garras al caminar, y que le limita en sus funciones naturales.

Por supuesto deungular a un gato que tenga acceso al exterior o que tenga vida en libertad o semilibertad tiene un agravante evidente, pues anula su capacidad para cazar, defenderse o trepar, que tanto necesitan o disfrutan en sus salidas al exterior.

A los gatos hay que educarles desde que son muy muy pequeños para que marquen en los lugares adecuados (rascadores puestos a tal efecto en los hogares) y los humanos debemos comprender que si no han sido educados y no entienden dónde pueden o no marcar con sus uñas, no podemos eliminar un elemento necesario y fundamental de su anatomía como son las uñas, habrá que convivir con esa parte tan felina de su naturaleza y buscar soluciones menos drásticas y traumáticas.

 
 
 
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jueves, 14 de febrero de 2013

Malta para gatos

Un problema común en los gatos es la acumulación de bolas de pelo en su intestino. Un cepillado frecuente puede prevenirlo, pero la malta le ayudará a expulsarlas.

 




Uno de los problemas más habituales de los gatos es la acumulación de bolas de pelo en el intestino, que pueden provocarles malestar y obstrucciones graves. Para prevenirlo podemos proporcionarle a nuestro felino, además de un cepillado frecuente, algunos productos que le ayudarán a expulsar las bolas de pelo y purgarse, como la malta y la hierba para gatos.






En el mercado podemos encontrar preparados de maltas especiales para gatos. Este preparado viene envasado en un tubo y se trata de una pasta de color marrón y textura pegajosa que se adhiere al pelo acumulado en el intestino, favoreciendo su tránsito y previniendo su acumulación.
Algunos gatos toman la malta con gusto como si fuera una golosina, pero otros la rechazan. En este caso, sólo tendremos que poner una pequeña cantidad de malta en la pata delantera del gato y él se encargará de lamerla para limpiarse.



A los gatos de pelo corto es recomendable darles malta al menos dos veces por semana, aumentando la dosis en el caso de los gatos de pelo largo. Es aconsejable adoptar la costumbre de cepillar al gato cada día y darle un pequeña dosis de este preparado después del cepillado, así evitaremos la formación de tricobezoares. Es importante no abusar de este producto ya que un exceso podría provocar diarreas.

La malta se puede proporcionar en combinación con la hierba para gatos, aunque no es necesario que tome ambas.








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martes, 12 de febrero de 2013

Varios gatos en casa

 

 

¿Por qué se produce tensión entre gatos?


Los gatos tienen una tendencia natural a la soledad y les gusta tener acceso libre al agua, a la comida, a las bandejas, a las zonas de descanso, a entradas y salidas.
En las casas en las que vive más de un gato puede aparecer una competencia por estos recursos. Esta competencia puede terminar por convertirse en un conflicto real.

Puede ser difícil identificar los conflictos entre los gatos que viven en una casa o los problemas que tienen al compartir zonas de sus territorios. Estos conflictos pueden llegar a ser tan estresantes para su gato que pueden desencadenar la aparición de comportamientos inapropiados como la agresividad, el marcaje con orina o el marcaje con arañazos.


¿Cómo disminuir la tensión / agresividad entre gatos?

Crear varios puntos para que tengan acceso a los recursos más valiosos:
  • Bandejas de arena (1 por gato + 1 extra)
  • Varios lugares en los que puedan comer (comedero)
  • Varios lugares en los que pueda beber (separados de los comederos).
  • Suficientes zonas en las que descansar, subir y esconderse

Asegúrese de que estos recursos están disponibles en distintos lugares de la casa para evitar la competencia a la hora de acceder a ellos.

  • En algunos casos, las bandejas de arena cubiertas aumentan las agresiones y las tensiones.
  • Las perchas que tienen varias superficies para descansar en las que solo cabe un gato ayudan a reducir el estrés individual.
  • Colocarle un cascabel al gato agresor para que los otros gatos detecten su llegada y puedan escaparse.
  • Proporcionar vías de escape y lugares para esconderse ayuda a disminuir los enfrentamientos.


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