El tener un gato apto para desarrollar relaciones armoniosas con los habitantes de la casa y para adaptarse a posibles cambios: mudanzas, llegada de niños a la familia, divorcio, etc, es un orgullo para cualquier propietario.
Los estudios han demostrado que el comportamiento del padre del gato tiene una fuerte influencia sobre la socialización de los gatitos con los humanos. Sin embargo este no es el único parámetro del que depende. La herencia materna, la manipulación precoz, y el trabajo de socialización realizado por el criador, en su caso, tienen mucha influencia, así como un efecto acumulativo.
El gatito nace completamente dependiente de su madre. Su desarrollo neurológico no ha concluido tras el nacimiento: nace ciego y sordo.
Durante las primeras semanas de vida, también va a desarrollarse su comportamiento.
Su maduración comportamental puede caracterizarse como sigue:
- Precoz: algunos sentidos ya están desarrollados desde el final de la gestación y
el gatito puede tener reacciones “emotivas”.
- Rápida: en ocho semanas se completa lo fundamental del desarrollo del comportamiento.
El desarrollo del comportamiento del gatito tiene importantes consecuencias sobre el equilibrio comportamental del gato en la edad adulta. Cuando un gatito proviene de un criadero, el criador está favoreciendo un buen desarrollo del comportamiento.
PERIODO PRENATAL
Desarrollo
La sensibilidad gustativa y la olfativa se desarrollan antes del nacimiento. Durante el fin de la gestación, el entorno tiene efectos sobre el desarrollo de los gatitos: los fetos son sensibles a las reacciones emocionales de la gata. A la inversa, las hormonas segregadas por la gata en situaciones de bienestar ejercen una acción tranquilizante sobre los fetos. El buen desarrollo del periodo neonatal está sujeto a la consecución de un justo equilibrio entre las medidas higiénicas que hay que respetar y el bienestar de la hembra.
PERIODO NEONATAL
Tras el nacimiento, los gatitos dependen completamente de su madre. El periodo neonatal se extiende desde el nacimiento hasta la apertura de los párpados, hacia los siete a diez días, por término medio. Durante este periodo, los gatitos aún son inmaduros en el plano sensorial y pasan prácticamente todo el día durmiendo (el 95 % de su tiempo). Cuando están despiertos, su única actividad consiste en buscar la mama y mamar. Al principio, los gatitos se orientan hacia a mama gracias a un gradiente de calor y al olor que desprende y, a menudo, después sólo irán a mamar a la mama de su elección.
Además de la protección inmunitaria que confiere el calostro ingerido durante las primeras horas siguientes al nacimiento y de la función alimentaria que cumple después, la lactancia también influye sobre el desarrollo de los gatitos. Permite adoptar comportamientos táctiles, cuya función principal es tranquilizar a los pequeños gatitos.
REFLEJOS
Durante el periodo perinatal ya existen diversos reflejos primarios. Los más vitales son el reflejo de succión, el reflejo de escarbar y el reflejo perineal.
- El reflejo de succión permite al gatito alimentarse. Está presente normalmente desde el nacimiento, pero puede encontrarse atenuado en caso de hipotermia: desaparece si la temperatura rectal es inferior a 32ºC.
- El reflejo de resguardarse permite que el gatito se sienta atraído por el calor y le ayuda igualmente a localizar la mama.
- El reflejo perineal del gatito consiste en defecar y orinar tras la estimulación de la zona perineal.
En efecto, el control de los esfínteres está totalmente inmaduro al nacer. Es la madre quien, al lamer a sus gatitos, provoca la relajación de los esfínteres y permite la evacuación fecal y urinaria.
Si el o los gatitos son huérfanos, el propietario deberá sustituir lo mejor posible a su madre, tomándose cada día tiempo para estimularlos tactilmente a la vez para desencadenar el reflejo de eliminación (pasando un bastoncillo de algodón humedecido alrededor de la zona anogenital) y para permitir que se desarrollen de forma armoniosa. La gata lame normalmente a su gatito antes de cada toma para despertarle y continúa haciéndolo durante toda la toma.
Aparición de los reflejos y desarrollo del comportamiento
Reflejo de resguardarse desde el nacimiento hasta el día 16 (enterramiento de la cabeza y de la nariz en un objeto caliente, por ejemplo, la mama o la nariz)
Reflejo de succión desde el nacimiento hasta la cuarta semana
Reflejo aurículo-nasocefálico: al nacer (vuelve la cabeza hacia el lado tocado, detrás de la nuca)
Reflejo de Galant al nacer (vuelve la cabeza y curva el tronco del lado del flanco tocado)
Reflejo de rascado desde el segundo día hasta el final de la cuarta semana (movimiento de rascado del miembro posterior, en respuesta al frotamiento de la pared torácica o del cuello) Reflejo palpebral desde el tercer día, se completa hacia el noveno (cierre de los párpados desencadenado por el contacto del ángulo palpebral externo) Acomodación táctil a partir del quinto día, siendo sustituido de forma paulatina hacia el mes por la acomodación visual (consiste en que el gatito se sitúa en el borde de una superficie, que simplemente toca con sus patas sin verla) Reflejo de inmovilización a partir del sexto día (al levantar al gatito por el cuello, las extremidades y la columna tienden a ponerse rígidas por la contracción de los músculos extensores)
Reflejo pupilar a las dos horas de la apertura de los ojos, que puede producirse a partir del quinto día (contracción pupilar desencadenada por la iluminación del ojo)
Acomodación visual entre los 22 y los 28 días (el gatito se sitúa al borde de una superficie que ve)
APEGO MATERNO
El apego de la madre hacia sus gatitos aparece desde los primeros minutos de vida sobre bases olfativas, táctiles y auditivas. La madre lame inmediatamente a sus gatitos recién nacidos, a veces de forma casi excesiva (de ahí la posibilidad de producirles heridas), para liberarlos de los residuos amnióticos e impregnarle con su olor.
Cuando los gatitos nacen por cesárea es importante pedir al veterinario que limite al mínimo el uso de sustancias antisépticas cicatrizantes olorosas sobre la herida y las mamas. En cuanto a los gatitos, aún no se encuentran verdaderamente apegados a su madre y buscan más bien el calor, el alimento y los cuidados básicos.
Durante este periodo es fácil conseguir la adopción por otra hembra.
PERIODO DE TRANSICIÓN: DE LA APERTURA DE LOS OJOS A LA MARCHA
El periodo de transición se extiende desde la apertura de los párpados hasta la adquisición de reflejos de orientación auditiva y visual. Abarca, por tanto, desde los siete o diez días de edad hasta los quince o veinte. Se desarrollan las capacidades sensoriales del gatito. El oído y la vista permiten al gatito orientarse en el espacio. Además, éste adquiere las funciones locomotrices que le permiten moverse más fácilmente dentro del nido de parto. También es en esta época cuando se atenúan los reflejos primarios. Durante este periodo tiene lugar un acontecimiento importante: la impregnación intraespecífica. El gatito asimila que pertenece a la especie felina, lo que le permite comunicarse con sus congéneres. Las premisas del apego primario se desarrollan también durante el periodo de transición: el apego de la madre a sus gatitos se hace recíproco y el gatito desarrolla, a su vez, fuertes lazos con sus hermanos. A partir de este periodo, la adopción por otra hembra se hace difícil.
LA LIMPIEZA
La limpieza forma parte de los comportamientos íntimamente ligados al gato y adquiridos precozmente entre los 22 y los 49 días. Con anterioridad, el gatito defeca y orina mediante estimulaciones peritoneales por parte de su madre. A partir de las tres o cuatro semanas se instaura el control neurológico de los esfínteres, el gatito comienza a esbozar sus aproximaciones a la caja de excrementos y araña la tierra o el suelo blando. Por lo general, la limpieza está completamente adquirida hacia las seis semanas.
LA SOCIALIZACIÓN
El periodo de socialización comprende desde la adquisición de la locomoción hasta el momento en que empiezan a ser independientes. Cronológicamente va desde las dos semanas de edad hasta los dos meses. Es fundamentalmente durante este periodo cuando se desarrolla el apego interespecífico, es decir, hacia otras especies, entre ellas la humana. Aún cuando las bases hayan podido establecerse durante el periodo de transición, durante esta fase el criador deberá manipular a los gatitos en un contexto positivo. Lo ideal es acostumbrarlos a varias personas de distintas edades y de ambos sexos a fin de que estén preparados para cohabitar con cualquier tipo de persona o con otros animales (en particular, los perros).
ADQUISICIÓN DE AUTOCONTROLES
También durante este periodo el gatito debe adquirir su capacidad de autocontrol (dejar de jugar, controlar la mordedura y los arañazos). En parte, este fenómeno lo dirige la madre, que debe intervenir y regular las fases del juego. El castigo puede efectuarse de maneras diferentes (zarpazos sobre el vientre, manotazo en la nariz, inmovilización del gatito...) Si la madre es demasiado tolerante y no interacciona con sus gatitos, estos no podrán adquirir estas capacidades de autocontrol. Las consecuencias de una permisividad materna excesiva son múltiples: da lugar, sobre todo, a gatitos “mordedores y arañadores”, en los que la inhibición de la mordedura está totalmente subdesarrollada.
En los casos de gatitos huérfanos o si la madre no cumple con su función reguladora, será el propietario quien tenga que establecer estos límites.
El desarrollo del apego secundario, sobre todo hacia el ser humano, es importante para la vida futura del gatito. Ciertas manipulaciones cotidianas, denominadas handling, permiten acentuar el apego futuro del gato hacia el ser humano.
Se trata de multiplicar los contactos con el gatito durante el periodo de socialización: tomarlo en la mano, acariciarlo, hablarle entre cinco y cuarenta minutos al día por lo menos. Si esta manipulación la realiza el propio propietario, el apego se efectuará más fácilmente hacia una persona. Si el gatito que está destinado a vivir dentro de una familia, es necesario que la manipulación la efectúen dos o tres personas distintas, preferentemente de distinto sexo. Si la gata es temerosa, es preferible
realizar las manipulaciones fuera de su presencia.
APRENDIZAJE Y ENRIQUECIMIENTO DEL MEDIO
Durante este periodo, el gatito establece su umbral de homeostasis sensorial: memoriza los acontecimientos a los que se enfrenta y se acostumbra a ellos. Si el umbral de homeostasis es demasiado bajo, el gatito no soportará los estímulos de la vida diaria, que interpretará como agresiones. El medio donde viven los gatitos debe permitirles integrar el conjunto de futuros estímulos a los que se verán expuestos.
Durante la fase de socialización, el propietario debe obligarse a enriquecer el medio en el que viven los gatitos para desarrollar el umbral de homeostasis sensorial. Bajo este término de «medio enriquecido» se oculta simplemente el hecho de criar a los gatitos dentro de un entorno físico, sensorial y relacional diversificado. Todos los estudios han demostrado que es interesante que los gatitos tengan a su disposición, aunque sólo sea durante algunos minutos al día, objetos diversos (pelotitas, bolsas de papel fuerte, cajas de cartón...), elementos lo suficientemente grandes para que puedan esconderse en ellos, así como un universo sonoro variado (televisión, juegos y gritos de niños, música...).