jueves, 31 de octubre de 2013

Transtornos en el compartamiento de los gatos.

Un gato en casa supone una experiencia maravillosa pero ciertos cambios en su conducta pueden convertir la convivencia en un suplicio. ¿Cuáles son sus principales trastornos de comportamiento?




TRASTORNOS DE ELIMINACIÓN

Los trastornos de la eliminación no es algo a lo que se le deba restar importancia. Su origen puede ser comportamental o clínico. Primero hay que tratar de investigar si pudiese haber algún tipo de afección clínica causante de este trastorno. A continuación, es necesario diferenciar la “proyección de orina” (spraying en inglés) de la «eliminación de orina».

Un gato que proyecta su orina lo hace casi siempre sobre un soporte vertical, con la cola en posición vertical. Un gato que orina lo hace, generalmente, sobre superficies horizontales, en posición de cuclillas.

AVERSIONES

Pueden desarrollarse aversiones a causa del lugar de la eliminación, de sus características propias (naturaleza, limpieza, olor de la arena, tamaño, color de la caja de excrementos) o de su emplazamiento.

En caso de falta de limpieza, es importante comprobar si recientemente se ha cambiado de marca de arena, si su limpieza es regular (algunos gatos se niegan a orinar en una arena en la que quede la más mínima deyección). Un cambio del olor de la arena también puede desorientar a los gatos. La concepción y el tamaño de la caja de excrementos también deben tenerse en cuenta.

El gato puede no tolerar bien el hecho de pasar de cajones totalmente abiertos a cajas cerradas, accesibles únicamente por una puerta, y viceversa. Asimismo son posibles aversiones por el emplazamiento de la zona de eliminación. En ese caso, el gato asocia ésta con un acontecimiento estresante que, en ocasiones, puede ser difícil de identificar (una agresión por un congénere dentro de la caja, un ruido inesperado durante la micción...).

PREFERENCIAS

Las preferencias por un tipo de arena o por una localización determinada de la caja se desarrollan, casi siempre, después de aversiones pasadas. Es necesario identificar dichas preferencias para adaptar el entorno caso por caso. Un ejemplo habitual es el desarrollo de una preferencia por la eliminación en el exterior. En efecto, los gatos que pueden salir desarrollan a veces una preferencia por el jardín.

Si se produce un cambio de residencia y el gato ya no tiene acceso al exterior, entonces tendrá tendencia a orinar al lado de las plantas de la casa.

PROYECCIONES EXACERBADAS DE ORINA




Las proyecciones de orina pueden llegar a ser difíciles de manejar. Prácticamente un caso de cada dos está relacionado con la agresión de un gato exterior o con la introducción reciente de un nuevo individuo.

También puede ocurrir que la causa sea mucho más desconcertante, como la adquisición de un nuevo objeto dentro de la casa (televisión, frigorífico...), cambios del ritmo de vida del propietario (paso de periodos de asueto a periodos de actividad, de horarios rígidos a vacacionales...). Una vez más, son los antecedentes los que ayudarán al veterinario a identificar la causa.

Las terapias para evitar este problema son múltiples, y entre ellas podemos mencionar: supresión del acceso al lugar, modificaciones de la naturaleza del soporte (colocación de papel de aluminio sobre la zona utilizada para la descarga), modificación de la función del área, dejando libre acceso al alimento, castigo a distancia sincrónico y adaptado (con ayuda de una pistola de agua, por ejemplo), aplicación del olor del gato frotando la cara con un trozo de algodón y aplicándolo sobre el soporte, utilización de feromonas, etc.

ZARPAZOS

El comportamiento de dar zarpazos es fisiológico. Pese a todo, es concebible que resulte indeseable dentro de casa. Las causas de este comportamiento hay que relacionarlas en ocasiones con las que originan las proyecciones de orina, y este comportamiento se suele acentuar en condiciones de ansiedad.

La gestión pasa, sobre todo, por poner en práctica terapias de comportamiento en cuanto se detecta el problema. Estas terapias son múltiples y pueden adaptarse en función de la situación: supresión del acceso al lugar, castigo a distancia sincrónico y adaptado (con ayuda de una pistola de agua, por ejemplo), utilización de feromonas, etc.

ESTRÉS

El estrés puede definirse como un proceso de desequilibrio del organismo inducido por factores medioambientales. En casa hay que destacar que la intensidad del estrés y de sus manifestaciones clínicas depende de multitud de factores relacionados con el animal (predisposición en los gatos de tipo oriental, por ejemplo) y, sobre todo, relacionados con el entorno (condiciones del alojamiento, cohabitación con los congéneres, conducta inadaptada, etc.).

El estrés puede expresarse a través de toda una serie de manifestaciones orgánicas (trastornos cardiovasculares, afecciones cutáneas por alteraciones en el crecimiento del pelo, trastornos enterocólicos crónicos, efecto inmunodepresor que predispone frente a afecciones diversas...). Los comportamientos elementales también pueden verse afectados (hambre, sed, ritmo biológico, termorregulación, comportamiento sexual), por lo que el estrés puede estar en el origen de multitud de trastornos del comportamiento.

La gestión de los factores que desencadenan el estrés pasa, en primer lugar, por una adaptación a la casa. Es necesario habilitar una zona de intimidad donde el individuo pueda “ver sin ser visto”. Algunos estudios parecen indicar el interés de enriquecer el medio de vida de los animales (juguetes, música ambiental, etc.).


Eso no se hace...

Los cachorros de gato no sólo dan problemas cuando hacen “sus necesidades” fuera de la bandeja...
El pequeño animal puede llegar a desesperarnos por una serie de actuaciones que debemos conocer y saber manejar; podríamos englobar estos “malos hábitos” en dos: conductas rebeldes y conductas destructivas.

CONDUCTAS REBELDES

Entre las más habituales tenemos:

- Robos y saltos sobre muebles

Podríamos decir que en la mayoría de las ocasiones estos comportamientos no son más que el resultado de la curiosidad natural de cualquier animal, racional o irracional, dotado de cierta inteligencia; en el caso de los gatos, estas conductas suelen “autopotenciarse”, ya que tras su realización suelen encontrar un premio, ¿cuál?: la obtención de alimento o la localización de un emplazamiento novedoso y cómodo en el que descansar.

Para evitar estos problemas lo primero que debemos plantearnos es enseñar conductas adecuadas al animal. El robo de alimentos o las incursiones a la basura se evitarían de forma tan sencilla como sencillo es evitar el acceso del animal a dichos “manjares”.

En lo referente a la subida del animal a los muebles, el mayor problema suele residir en la posibilidad de que el animal provoque la rotura de ciertas piezas decorativas de diverso valor (económico o sentimental); también sería útil pensar en la prevención: si retiramos los objetos de las zonas de tránsito del animal... ¡Seguro que no se rompen!

Si queremos tener los objetos a la vista y queremos evitar que el gato provoque un accidente y problemas en la convivencia, debemos pensar en técnicas de castigo remoto como pulverizadores de agua aplicados al animal cuando deambula por lugares indeseados. Esta técnica debería ser aplicada siempre, lo cual se torna imposible en ausencia de los propietarios.

Cuando no estamos en casa, o no podamos aplicar castigos remotos, la mejor solución es restringir el territorio del animal a zonas seguras.

- Actividad nocturna y juego eufórico del felino



Aunque sean pocos los que no tienen clara la siguiente afirmación, diremos que los felinos son animales de actividad nocturna por naturaleza.

Son innumerables los propietarios de felinos que en medio del plácido y merecido sueño nocturno son “atacados” de forma fugaz y eficaz por los dientes y uñas de su gato, sobre todo en los pies. El gato, debido a sus hábitos nocturnos, deambula por la casa, ejercita su cuerpo y su “mente” en juegos de persecución.

Una forma de evitar el problema es proporcionar suficiente juego y atención al animal a primeras horas de la noche, un rato antes de dirigirnos a nuestros dormitorios. Los juguetes más adecuados para ello son los que han de ser cazados, perseguidos...

Obviamente, nos aseguraremos de forma total cerrando la puerta del dormitorio antes de conciliar el sueño.

En muchas ocasiones la solución es tan sencilla (o para muchos complicada) como proporcionar un nuevo amigo de juego felino a nuestro gato.

CONDUCTAS DESTRUCTIVAS

No son pocas las ocasiones en las que una supuesta conducta destructiva del animal no es otra cosa que una conducta normal dirigida hacia un objeto inadecuado.

En otras ocasiones la conducta destructiva es la punta del iceberg de graves problemas de conducta del animal: ansiedad por separación, conductas compulsivas...

- Masticación destructiva


Un gato que chupa o mastica objetos del hogar puede causar problemas no sólo a nuestros bienes, también puede originar graves problemas a su organismo; son muchos los felinos que comen plantas, que muerden marcos…

La mejor forma de evitar estos comportamientos es impedir el contacto del animal con dichos objetos y materiales; también es útil ofrecer elementos alternativos y no perjudiciales (hierba gatera, juguetes idóneos...). Asimismo, en muchos casos adecuando la alimentación a las necesidades específicas del animal (vida en interior, escaso ejercicio...). Se consiguen grandes avances.

El uso de castigos remotos también puede ser de utilidad en conductas de masticación destructiva.

- Arañamiento felino

El acto de arañar superficies verticales es algo natural en los felinos; mediante este, a nuestros ojos, acto vandálico, el felino prepara su instrumental de caza (uñas), marca territorios (con señales de las uñas y secreciones glandulares interdigitales), se “estira” tras el merecido descanso...

Como podemos comprobar, en realidad el animal no está haciendo nada malo... comparativamente y siguiendo el mismo orden, nosotros nos haríamos la manicura, dejaríamos una tarjeta de visita y estiraríamos nuestros brazos hasta el cercano “descoyuntamiento” para desperezarnos de una buena siesta.

El problema comienza cuando estas conductas naturales se realizan sobre el lateral del mejor sillón de la casa o sobre la valiosísima alfombra persa.

Como siempre, lo primero que debemos intentar es prevenir: si ofrecemos rascadores a los gatos pequeños (múltiples diseños y precios en los comercios especializados) y les orientamos en su uso (conociéndolo mediante el juego, impregnando con feromonas...), el animal se olvidará de la existencia de otras zonas de “arañado”.

Para facilitar aún más esta enseñanza se utilizarán castigos remotos cuando el animal se dirige a lugares no aptos para el rascado y se proporcionará un suculento premio cuando sus uñas se dirijan hacia el rascador propuesto.

lunes, 19 de agosto de 2013

Juegos de gato

   Aunque pensemos que el juego es algo propio de gatitos, en realidad es una práctica que puede acompañar a nuestro gato durante toda su vida.
   Los gatitos al jugar, y sin saberlo, están aprendiendo las técnicas de caza que pudieran llegar a necesitar en su etapa adulta. También desconocen que esa divertida actividad les está permitiendo adquirir un completo desarrollo de todas sus estructuras, entre las más importantes, el sistema nervioso.




   Un gatito que interacciona, que juega con sus hermanos de camada y posteriormente con su familia humana, tiene pocas posibilidades de presentar muchos problemas de comportamiento.

   ¿Y por que los gatos adultos siguen jugando?

   El humano, con la socialización de los animales a sus entornos, intenta que sus amigos irracionales se comporten “de por vida” como cachorros, y quieren que el animal les necesite, que demande, acepte y busque sus manifestaciones de cariño. Y muchas veces lo logra: Es por ello que un gato adulto sigue manifestando comportamientos infantiles, como por ejemplo el juego; y no es que el gato en su ritual de juego esté persiguiendo, acechando o cazando una presa, ya que no la necesita porque tiene su plato de alimento siempre lleno. La manifestación del juego es simplemente una forma de pasarlo bien, de sentirse a gusto en su territorio y, en cierta medida, de mantenerse en forma.

   Un gato que sale al exterior, que pasa gran parte de su tiempo de puertas afuera, dedicará menos tiempo al juego, ya que en sus salidas desarrolla conductas cazadoras o de marcaje de territorio, compitiendo con otros animales por posibles presas o parejas.

   El juego es una conducta típica de los mamíferos, sobre todo de los carnívoros; en el caso de los gatos, juegan cuando están tranquilos, cuando ninguna otra necesidad (alimenticia, territorial, reproductiva...) les preocupa ni requiere de su plena atención; por esta razón todos los especialistas asocian el juego del animal a su bienestar.

   Como bien saben los propietarios de gatos, el juego preferido de estos animales es perseguir objetos en movimiento; si estos no existen o no se les ofrecen, ellos se los buscan... ¡¡o se los inventan!!
Cuando un gato no dispone de estímulos de juego, si no tiene que perseguir, acechar y cazar, pueden aparecer problemas.

   Son demasiados los propietarios de gatos que llegan a las consultas veterinarias quejándose de los arañazos y mordiscos que su “Félix” les propina de forma sorpresiva cuando caminan por el pasillo de su casa... algo que podría haberse evitado utilizando juguetes adecuados, interactivos, y no empleando nuestro cuerpo (manos principalmente) como parte primordial del juego desde que eran pequeños (el gato debe entender que la mano no es un juguete, ya que si le habituamos a jugar con nuestras manos, cuando sea adulto lo seguirá haciendo, con el consiguiente daño que ello suponga y la dificultad de quitarle ese hábito que nosotros mismos le hemos inculcado).

   Aunque nuestros felinos, jóvenes o adultos, tengan capacidad suficiente para jugar sin nuestra participación, son múltiples las ocasiones en las que la intervención del propietario facilita el desencadenamiento del interés por el juego del animal.

   Y aunque pueda parecer sorprendente, por la edad, nuestros felinos mayores también disfrutan del juego, eso sí, uno adecuado a sus “limitaciones”; en estos animales podemos, debemos, utilizar juegos interactivos que estimulan, no solo su actividad física (los mismos que para cachorros y adultos), sino aquellos que estimulan su cerebro: en las tiendas especializadas encontramos juegos que proponen situaciones para que el animal encuentre premios, que los deba mover para conseguirlos.

   Lo importante es buscar juguetes adecuados, que no les supongan peligros para su salud y que les sirvan cuando están solos, y para divertirse con nosotros (juguetes interactivos, tipo cañas, plumeros o incluso punteros láser). En clínicas veterinarias y tiendas especializadas podemos conseguir una amplia variedad de juguetes adaptados para ellos.

    En definitiva, debemos tener claro que los gatos, de cualquier edad y condición, se ven favorecidos por el juego, sólo debemos incitarles a que lo hagan y nunca, nunca, emplear nuestras manos para jugar con ellos.

Trastornos del comportamiento

   Tener un gato en casa supone una experiencia maravillosa. Sin embargo a veces ciertos cambios en su conducta pueden convertir la convivencia en un suplicio. Veamos cuales son los principales trastornos comportamentales que sufren los gatos domésticos.





   TRASTORNOS DE ELIMINACIÓN

   Los trastornos de la eliminación no es algo a lo que se le deba restar importancia. Su origen puede ser comportamental o clínico. Primero hay que tratar de investigar si pudiese haber algún tipo de afección clínica causante de este trastorno. A continuación, es necesario diferenciar la “proyección de orina” (spaying en inglés) de la «eliminación de orina». Un gato que proyecta su orina lo hace casi siempre sobre un soporte vertical, con la cola en posición vertical. Un gato que orina lo hace, generalmente, sobre superficies horizontales, en posición de cuclillas.

   AVERSIONES

   Pueden desarrollarse aversiones a causa del lugar de la eliminación, de sus características propias (naturaleza, limpieza, olor de la arena, tamaño, color de la caja de excrementos) o de su emplazamiento. En caso de falta de limpieza, es importante comprobar si recientemente se ha cambiado de marca de arena, si su limpieza es regular (algunos gatos se niegan a orinar en una arena en la que quede la más mínima deyección). Un cambio del olor de la arena también puede desorientar a los gatos. La concepción y el tamaño de la caja de excrementos también deben tenerse en cuenta. El gato puede no tolerar bien el hecho de pasar de cajones totalmente abiertos a cajas cerradas, accesibles únicamente por una puerta, y viceversa. Asimismo son posibles aversiones por el emplazamiento de la zona de eliminación. En ese caso, el gato asocia ésta con un acontecimiento estresante que, en ocasiones, puede ser difícil de identificar (una agresión por un congénere dentro de la caja, un ruido inesperado durante la micción...).

   PREFERENCIAS

   Las preferencias por un tipo de arena o por una localización determinada de la caja se desarrollan, casi siempre, después de aversiones pasadas. Es necesario identificar dichas preferencias para adaptar el entorno caso por caso. Un ejemplo habitual es el desarrollo de una preferencia por la eliminación en el exterior. En efecto, los gatos que pueden salir desarrollan a veces una preferencia por el jardín.
Si se produce un cambio de residencia y el gato ya no tiene acceso al exterior, entonces tendrá tendencia a orinar al lado de las plantas de la casa.


   PROYECCIONES EXACERBADAS DE ORINA

   Las proyecciones de orina pueden llegar a ser difíciles de manejar. Prácticamente un caso de cada dos está relacionado con la agresión de un gato exterior o con la introducción reciente de un nuevo individuo. También puede ocurrir que la causa sea mucho más desconcertante, como la adquisición de un nuevo objeto dentro de la casa (televisión, frigorífico...), cambios del ritmo de vida del propietario (paso de periodos de asueto a periodos de actividad, de horarios rígidos a vacacionales...). Una vez más, son los antecedentes los que ayudarán al veterinario a identificar la causa.
Las terapias para evitar este problema son múltiples, y entre ellas podemos mencionar: supresión del acceso al lugar, modificaciones de la naturaleza del soporte (colocación de papel de aluminio sobre la zona utilizada para la descarga), modificación de la función del área, dejando libre acceso al alimento, castigo a distancia sincrónico y adaptado (con ayuda de una pistola de agua, por ejemplo), aplicación del olor del gato frotando la cara con un trozo de algodón y aplicándolo sobre el soporte, utilización de feromonas, etc.

   ZARPAZOS

   El comportamiento de dar zarpazos es fisiológico. Pese a todo, es concebible que resulte indeseable dentro de casa. Las causas de este comportamiento hay que relacionarlas en ocasiones con las que originan las proyecciones de orina, y este comportamiento se suele acentuar en condiciones de ansiedad. La gestión pasa, sobre todo, por poner en práctica terapias de comportamiento en cuanto se detecta el problema. Estas terapias son múltiples y pueden adaptarse en función de la situación: supresión del acceso al lugar, castigo a distancia sincrónico y adaptado (con ayuda de una pistola de agua, por ejemplo), utilización de feromonas, etc.

   ESTRÉS

   El estrés puede definirse como un proceso de desequilibrio del organismo inducido por factores medioambientales. En casa hay que destacar que la intensidad del estrés y de sus manifestaciones clínicas depende de multitud de factores relacionados con el animal (predisposición en los gatos de tipo oriental, por ejemplo) y, sobre todo, relacionados con el entorno (condiciones del alojamiento, cohabitación con los congéneres, conducta inadaptada, etc.
   El estrés puede expresarse a través de toda una serie de manifestaciones orgánicas (trastornos cardiovasculares, afecciones cutáneas por alteraciones en el crecimiento del pelo, trastornos enterocólicos crónicos, efecto inmunodepresor que predispone frente a afecciones diversas...). Los comportamientos elementales también pueden verse afectados (hambre, sed, ritmo biológico, termorregulación, comportamiento sexual), por lo que el estrés puede estar en el origen de multitud de trastornos comportamentales.
   La gestión de los factores que desencadenan el estrés pasa, en primer lugar, por una adaptación a la casa. Es necesario habilitar una zona de intimidad donde el individuo pueda “ver sin ser visto”. Algunos estudios parecen indicar el interés de enriquecer el medio de vida de los animales (juguetes, música ambiental, etc.).

lunes, 3 de junio de 2013

Malos hábitos en los gatos





    Los cachorros de gato no sólo dan problemas cuando hacen “sus necesidades” fuera de la bandeja... El pequeño animal puede llegar a desesperarnos por una serie de actuaciones que debemos conocer y saber manejar; podríamos englobar estos “malos hábitos” en dos: conductas rebeldes y conductas destructivas.

- Conductas rebeldes

   Entre las más habituales tenemos:

    Robos y saltos sobre muebles

   Podríamos decir que en la mayoría de las ocasiones estos comportamientos no son más que el resultado de la curiosidad natural de cualquier animal, racional o irracional, dotado de cierta inteligencia; en el caso de los gatos, estas conductas suelen “autopotenciarse”, ya que tras su realización suelen encontrar un premio, ¿cuál?: la obtención de alimento o la localización de un emplazamiento novedoso y cómodo en el que descansar.

    Para evitar estos problemas lo primero que debemos plantearnos es enseñar conductas adecuadas al animal. El robo de alimentos o las incursiones a la basura se evitarían de forma tan sencilla como sencillo es evitar el acceso del animal a dichos “manjares”.
    En lo referente a la subida del animal a los muebles, el mayor problema suele residir en la posibilidad de que el animal provoque la rotura de ciertas piezas decorativas de diverso valor (económico o sentimental); también sería útil pensar en la prevención: si retiramos los objetos de las zonas de tránsito del animal... ¡seguro que no se rompen!
    Si queremos tener los objetos a la vista y queremos evitar que el gato provoque un accidente y problemas en la convivencia, debemos pensar en técnicas de castigo remoto como pulverizadores de agua aplicados al animal cuando deambula por lugares indeseados. Esta técnica debería ser aplicada siempre, lo cual se torna imposible en ausencia de los propietarios. Cuando no estamos en casa, o no podamos aplicar castigos remotos, la mejor solución es restringir el territorio del animal a zonas seguras.


ACTIVIDAD NOCTURNA Y JUEGO EUFÓRICO DEL FELINO
   Aunque sean pocos los que no tienen clara la siguiente afirmación, diremos que los felinos son animales de actividad nocturna por naturaleza.
Son innumerables los propietarios de felinos que en medio del plácido y merecido sueño nocturno son “atacados” de forma fugaz y eficaz por los dientes y uñas de su gato, sobre todo en los pies. El gato, debido a sus hábitos nocturnos, deambula por la casa, ejercita su cuerpo y su “mente” en juegos de persecución.
   Una forma de evitar el problema es proporcionar suficiente juego y atención al animal a primeras horas de la noche, un rato antes de dirigirnos a nuestros dormitorios. Los juguetes más adecuados para ello son los que han de ser cazados, perseguidos...
Obviamente, nos aseguraremos de forma total cerrando la puerta del dormitorio antes de conciliar el sueño.
   En muchas ocasiones la solución es tan sencilla (o para muchos complicada) como proporcionar un nuevo amigo de juego felino a nuestro gato.


- Conductas destructivas

    No son pocas las ocasiones en las que una supuesta conducta destructiva del animal no es otra cosa que una conducta normal dirigida hacia un objeto inadecuado.
En otras ocasiones la conducta destructiva es la punta del iceberg de graves problemas de conducta del animal: ansiedad por separación, conductas compulsivas...


MASTICACIÓN DESTRUCTIVA
   Un gato que chupa o mastica objetos del hogar puede causar problemas no sólo a nuestros bienes, también puede originar graves problemas a su organismo; son muchos los felinos que comen plantas, que muerden marcos…
    La mejor forma de evitar estos comportamientos es impedir el contacto del animal con dichos objetos y materiales; también es útil ofrecer elementos alternativos y no perjudiciales (hierba gatera, juguetes idóneos...). Asimismo, en muchos casos adecuando la alimentación a las necesidades específicas del animal (vida en interior, escaso ejercicio...) se consiguen grandes avances.
El uso de castigos remotos también puede ser de utilidad en conductas de masticación destructiva.


ARAÑAMIENTO FELINO
   El acto de arañar superficies verticales es algo natural en los felinos; mediante este, a nuestros ojos, acto vandálico, el felino prepara su instrumental de caza (uñas), marca territorios (con señales de las uñas y secreciones glandulares interdigitales), se “estira” tras el merecido descanso...
   Como podemos comprobar, en realidad el animal no está haciendo nada malo... comparativamente y siguiendo el mismo orden, nosotros nos haríamos la manicura, dejaríamos una tarjeta de visita y estiraríamos nuestros brazos hasta el cercano “descoyuntamiento” para desperezarnos de una buena siesta.
   El problema comienza cuando estas conductas naturales se realizan sobre el lateral del mejor sillón de la casa o sobre la valiosísima alfombra persa.
   Como siempre, lo primero que debemos intentar es prevenir: si ofrecemos rascadores a los gatos pequeños (múltiples diseños y precios en los comercios especializados) y les orientamos en su uso (conociéndolo mediante el juego, impregnando con feromonas...), el animal se olvidará de la existencia de otras zonas de “arañamiento”.
Para facilitar aún más esta enseñanza se utilizarán castigos remotos cuando el animal se dirige a lugares no aptos para el rascado y se proporcionará un suculento premio cuando sus uñas se dirijan hacia el rascador propuesto.

domingo, 19 de mayo de 2013

Así se desarrolla el gatito

    El tener un gato apto para desarrollar relaciones armoniosas con los habitantes de la casa y para adaptarse a posibles cambios: mudanzas, llegada de niños a la familia, divorcio, etc, es un orgullo para cualquier propietario.







   Los estudios han demostrado que el comportamiento del padre del gato tiene una fuerte influencia sobre la socialización de los gatitos con los humanos. Sin embargo este no es el único parámetro del que depende. La herencia materna, la manipulación precoz, y el trabajo de socialización realizado por el criador, en su caso, tienen mucha influencia, así como un efecto acumulativo.

   El gatito nace completamente dependiente de su madre. Su desarrollo neurológico no ha concluido tras el nacimiento: nace ciego y sordo.

   Durante las primeras semanas de vida, también va a desarrollarse su comportamiento.

   Su maduración comportamental puede caracterizarse como sigue:

- Precoz: algunos sentidos ya están desarrollados desde el final de la gestación y
el gatito puede tener reacciones “emotivas”.

- Rápida: en ocho semanas se completa lo fundamental del desarrollo del comportamiento.

   El desarrollo del comportamiento del gatito tiene importantes consecuencias sobre el equilibrio comportamental del gato en la edad adulta. Cuando un gatito proviene de un criadero, el criador está favoreciendo un buen desarrollo del comportamiento.

PERIODO PRENATAL

   Desarrollo

   La sensibilidad gustativa y la olfativa se desarrollan antes del nacimiento. Durante el fin de la gestación, el entorno tiene efectos sobre el desarrollo de los gatitos: los fetos son sensibles a las reacciones emocionales de la gata. A la inversa, las hormonas segregadas por la gata en situaciones de bienestar ejercen una acción tranquilizante sobre los fetos. El buen desarrollo del periodo neonatal está sujeto a la consecución de un justo equilibrio entre las medidas higiénicas que hay que respetar y el bienestar de la hembra.

PERIODO NEONATAL

   Tras el nacimiento, los gatitos dependen completamente de su madre. El periodo neonatal se extiende desde el nacimiento hasta la apertura de los párpados, hacia los siete a diez días, por término medio. Durante este periodo, los gatitos aún son inmaduros en el plano sensorial y pasan prácticamente todo el día durmiendo (el 95 % de su tiempo). Cuando están despiertos, su única actividad consiste en buscar la mama y mamar. Al principio, los gatitos se orientan hacia a mama gracias a un gradiente de calor y al olor que desprende y, a menudo, después sólo irán a mamar a la mama de su elección.

   Además de la protección inmunitaria que confiere el calostro ingerido durante las primeras horas siguientes al nacimiento y de la función alimentaria que cumple después, la lactancia también influye sobre el desarrollo de los gatitos. Permite adoptar comportamientos táctiles, cuya función principal es tranquilizar a los pequeños gatitos.

REFLEJOS

   Durante el periodo perinatal ya existen diversos reflejos primarios. Los más vitales son el reflejo de succión, el reflejo de escarbar y el reflejo perineal.

- El reflejo de succión permite al gatito alimentarse. Está presente normalmente desde el nacimiento, pero puede encontrarse atenuado en caso de hipotermia: desaparece si la temperatura rectal es inferior a 32ºC.

- El reflejo de resguardarse permite que el gatito se sienta atraído por el calor y le ayuda igualmente a localizar la mama.

- El reflejo perineal del gatito consiste en defecar y orinar tras la estimulación de la zona perineal.

   En efecto, el control de los esfínteres está totalmente inmaduro al nacer. Es la madre quien, al lamer a sus gatitos, provoca la relajación de los esfínteres y permite la evacuación fecal y urinaria.

    Si el o los gatitos son huérfanos, el propietario deberá sustituir lo mejor posible a su madre, tomándose cada día tiempo para estimularlos tactilmente a la vez para desencadenar el reflejo de eliminación (pasando un bastoncillo de algodón humedecido alrededor de la zona anogenital) y para permitir que se desarrollen de forma armoniosa. La gata lame normalmente a su gatito antes de cada toma para despertarle y continúa haciéndolo durante toda la toma.

   Aparición de los reflejos y desarrollo del comportamiento

   Reflejo de resguardarse desde el nacimiento hasta el día 16 (enterramiento de la cabeza y de la nariz en un objeto caliente, por ejemplo, la mama o la nariz)

   Reflejo de succión desde el nacimiento hasta la cuarta semana

   Reflejo aurículo-nasocefálico: al nacer (vuelve la cabeza hacia el lado tocado, detrás de la nuca)

   Reflejo de Galant al nacer (vuelve la cabeza y curva el tronco del lado del flanco tocado)

   Reflejo de rascado desde el segundo día hasta el final de la cuarta semana (movimiento de rascado del miembro posterior, en respuesta al frotamiento de la pared torácica o del cuello) Reflejo palpebral desde el tercer día, se completa hacia el noveno (cierre de los párpados desencadenado por el contacto del ángulo palpebral externo) Acomodación táctil a partir del quinto día, siendo sustituido de forma paulatina hacia el mes por la acomodación visual (consiste en que el gatito se sitúa en el borde de una superficie, que simplemente toca con sus patas sin verla) Reflejo de inmovilización a partir del sexto día (al levantar al gatito por el cuello, las extremidades y la columna tienden a ponerse rígidas por la contracción de los músculos extensores)

   Reflejo pupilar a las dos horas de la apertura de los ojos, que puede producirse a partir del quinto día (contracción pupilar desencadenada por la iluminación del ojo)

   Acomodación visual entre los 22 y los 28 días (el gatito se sitúa al borde de una superficie que ve)

APEGO MATERNO

   El apego de la madre hacia sus gatitos aparece desde los primeros minutos de vida sobre bases olfativas, táctiles y auditivas. La madre lame inmediatamente a sus gatitos recién nacidos, a veces de forma casi excesiva (de ahí la posibilidad de producirles heridas), para liberarlos de los residuos amnióticos e impregnarle con su olor.

   Cuando los gatitos nacen por cesárea es importante pedir al veterinario que limite al mínimo el uso de sustancias antisépticas cicatrizantes olorosas sobre la herida y las mamas. En cuanto a los gatitos, aún no se encuentran verdaderamente apegados a su madre y buscan más bien el calor, el alimento y los cuidados básicos.

   Durante este periodo es fácil conseguir la adopción por otra hembra.

PERIODO DE TRANSICIÓN: DE LA APERTURA DE LOS OJOS A LA MARCHA

   El periodo de transición se extiende desde la apertura de los párpados hasta la adquisición de reflejos de orientación auditiva y visual. Abarca, por tanto, desde los siete o diez días de edad hasta los quince o veinte. Se desarrollan las capacidades sensoriales del gatito. El oído y la vista permiten al gatito orientarse en el espacio. Además, éste adquiere las funciones locomotrices que le permiten moverse más fácilmente dentro del nido de parto. También es en esta época cuando se atenúan los reflejos primarios. Durante este periodo tiene lugar un acontecimiento importante: la impregnación intraespecífica. El gatito asimila que pertenece a la especie felina, lo que le permite comunicarse con sus congéneres. Las premisas del apego primario se desarrollan también durante el periodo de transición: el apego de la madre a sus gatitos se hace recíproco y el gatito desarrolla, a su vez, fuertes lazos con sus hermanos. A partir de este periodo, la adopción por otra hembra se hace difícil.

LA LIMPIEZA

   La limpieza forma parte de los comportamientos íntimamente ligados al gato y adquiridos precozmente entre los 22 y los 49 días. Con anterioridad, el gatito defeca y orina mediante estimulaciones peritoneales por parte de su madre. A partir de las tres o cuatro semanas se instaura el control neurológico de los esfínteres, el gatito comienza a esbozar sus aproximaciones a la caja de excrementos y araña la tierra o el suelo blando. Por lo general, la limpieza está completamente adquirida hacia las seis semanas.

LA SOCIALIZACIÓN

   El periodo de socialización comprende desde la adquisición de la locomoción hasta el momento en que empiezan a ser independientes. Cronológicamente va desde las dos semanas de edad hasta los dos meses. Es fundamentalmente durante este periodo cuando se desarrolla el apego interespecífico, es decir, hacia otras especies, entre ellas la humana. Aún cuando las bases hayan podido establecerse durante el periodo de transición, durante esta fase el criador deberá manipular a los gatitos en un contexto positivo. Lo ideal es acostumbrarlos a varias personas de distintas edades y de ambos sexos a fin de que estén preparados para cohabitar con cualquier tipo de persona o con otros animales (en particular, los perros).

ADQUISICIÓN DE AUTOCONTROLES

   También durante este periodo el gatito debe adquirir su capacidad de autocontrol (dejar de jugar, controlar la mordedura y los arañazos). En parte, este fenómeno lo dirige la madre, que debe intervenir y regular las fases del juego. El castigo puede efectuarse de maneras diferentes (zarpazos sobre el vientre, manotazo en la nariz, inmovilización del gatito...) Si la madre es demasiado tolerante y no interacciona con sus gatitos, estos no podrán adquirir estas capacidades de autocontrol. Las consecuencias de una permisividad materna excesiva son múltiples: da lugar, sobre todo, a gatitos “mordedores y arañadores”, en los que la inhibición de la mordedura está totalmente subdesarrollada.

    En los casos de gatitos huérfanos o si la madre no cumple con su función reguladora, será el propietario quien tenga que establecer estos límites.

   El desarrollo del apego secundario, sobre todo hacia el ser humano, es importante para la vida futura del gatito. Ciertas manipulaciones cotidianas, denominadas handling, permiten acentuar el apego futuro del gato hacia el ser humano.

   Se trata de multiplicar los contactos con el gatito durante el periodo de socialización: tomarlo en la mano, acariciarlo, hablarle entre cinco y cuarenta minutos al día por lo menos. Si esta manipulación la realiza el propio propietario, el apego se efectuará más fácilmente hacia una persona. Si el gatito que está destinado a vivir dentro de una familia, es necesario que la manipulación la efectúen dos o tres personas distintas, preferentemente de distinto sexo. Si la gata es temerosa, es preferible
realizar las manipulaciones fuera de su presencia.

APRENDIZAJE Y ENRIQUECIMIENTO DEL MEDIO

   Durante este periodo, el gatito establece su umbral de homeostasis sensorial: memoriza los acontecimientos a los que se enfrenta y se acostumbra a ellos. Si el umbral de homeostasis es demasiado bajo, el gatito no soportará los estímulos de la vida diaria, que interpretará como agresiones. El medio donde viven los gatitos debe permitirles integrar el conjunto de futuros estímulos a los que se verán expuestos.

   Durante la fase de socialización, el propietario debe obligarse a enriquecer el medio en el que viven los gatitos para desarrollar el umbral de homeostasis sensorial. Bajo este término de «medio enriquecido» se oculta simplemente el hecho de criar a los gatitos dentro de un entorno físico, sensorial y relacional diversificado. Todos los estudios han demostrado que es interesante que los gatitos tengan a su disposición, aunque sólo sea durante algunos minutos al día, objetos diversos (pelotitas, bolsas de papel fuerte, cajas de cartón...), elementos lo suficientemente grandes para que puedan esconderse en ellos, así como un universo sonoro variado (televisión, juegos y gritos de niños, música...).

miércoles, 8 de mayo de 2013

Vacunas en los gatitos

La vacunación es la única vía de prevención de ciertas enfermedades durante los primeros meses de vida y aunque, una vez adulto, nuestro gato no tenga acceso al exterior, también necesita la protección de las vacunas.

Desde que el gato nace y entra en contacto con el mundo exterior, su organismo pone en funcionamiento todos los recursos para protegerse de las agresiones externas. En unas ocasiones la piel y el pelo, en otras las diversas células especializadas y en general el sistema inmunitario del gatito procuran que los microorganismos patógenos presentes en el entorno no lleguen a colonizar su organismo.

Las primeras defensas específicas del gatito proceden de la madre, ya que durante los primeros días el amamantamiento no sólo provee de los nutrientes necesarios al nuevo animal, sino que en el calostro, primera leche materna, encontramos las defensas necesarias para que el gatito pase los primeros 30 a 40 días de vida suficientemente protegido.

Pero, ¿qué pasa después? Al pasar este tiempo de protección, el gatito necesita la protección mediante las vacunas, para lo que debemos acudir al veterinario sobre los 40-45 días de edad. En primer lugar, el veterinario realizará una valoración completa del estado general del animal y confirmará la ausencia de parásitos en las heces mediante un sencillo análisis coprológico, cuyos resultados determinarán la aplicación de un tratamiento antiparasitario u otro. La siguiente acción estará encaminada a diagnosticar el posible contacto del animal con dos peligrosas enfermedades: la leucemia y la inmunodeficiencia felina. Es importante realizar estas pruebas de forma previa a la vacunación para que todo el proceso sea correcto y efectivo.

En el caso de que dichas pruebas sean negativas, es decir, que nuestro gatito no ha tenido contacto con las enfermedades citadas, comenzará el proceso de vacunación, que dependerá del criterio del veterinario. En general, las vacunas utilizadas más comúnmente son la trivalente felina (panleucopenia, rinotraqueítis y calicivirus) y la leucemia felina; en ambos casos se pondrán dos dosis de cada vacuna con unos intervalos de tiempo entre ellas para reforzar la inmunidad.

A partir de este momento el veterinario nos sugerirá que también protejamos a nuestro gato contra otras enfermedades mediante las vacunas: la rabia, la peritonitis infecciosa felina (PIF)...
Tras una correcta pauta de vacunación supervisada por el veterinario, nuestro gatito tendrá unas defensas capaces de enfrentarse a las enfermedades producidas por los microorganismos presentes en las vacunas, pero esta inmunidad no es eterna. Por esta razón, cada año debemos acudir a la clínica veterinaria para que el profesional administre una dosis de recuerdo de cada tipo de vacuna utilizada durante la etapa de cachorro, lo que debe hacerse durante toda la vida del animal.

Es un error frecuente entre los propietarios de felinos pensar que el gato no necesita la vacunación como sus amigos los perros -cuyos propietarios no se cuestionan esta práctica- al creer que por no salir de casa están libren de peligro. Sin embargo, ¿saben ustedes que los agentes infecciosos que les provocan graves enfermedades pueden ser transportados por la ropa y el calzado del propietario? ¿Tienen ustedes claro que los contactos esporádicos de su mascota con otros animales durante fines de semana, veraneos, salidas al patio y a los tejados pueden acarrearle graves enfermedades?

Si a la duda y al desconocimiento le sumamos la dificultad que suele suponer llevarlo al veterinario (sale pocas veces y ello le provoca estrés y "malhumor" en cada salida), tendremos como resultado un gato sin protección y en grave riesgo sanitario.

Por todo ello, podemos concluir que la vacunación es fundamental como medida preventiva ante las enfermedades y que lo más correcto sería aplicar un plan de vacunación a cada gato según su estilo de vida (interior, exterior, campo...).

Asimismo, debemos recordar que para vacunar a un animal, éste debe gozar de un perfecto estado de salud, para lo que es fundamental una adecuada alimentación, dado que su sistema inmunitario necesita un correcto aporte de nutrientes para estar en condiciones adecuadas y las vacunas sean plenamente efectivas. A este respecto, los alimentos para gatitos de Royal Canin incorporan el “Inmunity Booster”, un complejo compuesto de vitaminas E y C, taurina, luteína y manano-oligosacáridos, cuya función es mejorar la respuesta ante las vacunas de los felinos más jóvenes y reforzar sus defensas naturales.

ENFERMEDADES FELINAS QUE TIENEN VACUNA

Panleucopenia: Una de las enfermedades que integra la vacuna trivalente de los gatos. Es una enfermedad producida por un parvovirus.

Rinotraqueítis: Otra de las enfermedades que componen el trío de la vacuna trivalente. Enfermedad provocada por un herpesvirus

Calicivirosis: La tercera de las enfermedades que componen la vacuna trivalente. Enfermedad causada por un picornavirus.

Leucemia: Enfermedad muy grave y especialmente contagiosa para nuestros gatos causada por un reovirus.

Rabia: Enfermedad vírica popularmente conocida que se transmite por la saliva inoculada tras la mordedura de un animal infectado.

Peritonitis infecciosa: Enfermedad provocada por un coronavirus que afecta principalmente a animales jóvenes, con una mayor incidencia en otoño y en invierno.